dimarts, 22 d’agost del 2006

Te ha tocado (I)

Me llama mi jefa a su despacho. Me recibe, encantadora, dicharachera, de buen humor pese a ser lunes por la mañana. Me invita a sentarme y me ofrece un pitillo, aún a sabiendas de que no fumo y de que ella tampoco debe hacerlo en un centro oficial.
"Verás Ettore, quería hablar contigo porque tenemos un caso un poco especial y hemos (tú y quién más??) pensado que tal vez eres la persona idónea para esta gestión y bla, bla, bla..."
Demasiado jabón. Esto sólo puede querer decir que mi jefa está a punto de endosarme un marrón.

El marrón, también llamado "brownie", es toda aquella tarea, por lo general poco grata, que el jefe delega en sus subordinados. Tiene la curiosa particularidad de circular de mano en mano, porque lo habitual es tratar de evitarlo. Por ello, el marrón sigue la cadena de mando hasta que alguien comprende que ya no lo puede endosar a nadie, y llegado ese momento, no hay más remedio que comérselo.
El marrón es como un virus que circula de persona a persona. El reservorio principal es siempre el jefe, y la vía de transmisión, como digo, es la cadena de mando. El que adquiere la enfermedad, es decir, aquél que no tiene más remedio que comerse el brownie, se denomina "el pringao". O también: "el pringaíllo de siempre" o "el pupas".
Deglutir un marrón no es fácil. En ocasiones el tamaño es importante. Pueden resultar indigestos e incluso tóxicos. Por ello el repartidor de marrones debe facilitar la tarea de su subordinado tanto como sea posible. En ocasiones hay que espolvorearlo con azúcar glaseado. Es lo que los francófonos llaman un "marron glassé".

Mi jefa ha aplicado la técnica de endoso a las mil maravillas. Ha alabado mi capacidad y eficacia, mi alto sentido de la responsabilidad, mi amor por el deber y por mis camaradas. De ese modo se asegura que el marrón esté lo suficientemente dulce para que pueda asimilarlo sin mayores traumas.

(Continuará en el próximo episodio)

3 comentaris:

AIRE ha dit...

demasiado acompañada alrededor (más de los que puedo contar con los dedos de mi mano) después de estar lejos de toda red y que además seguirá siendo así después de hoy por los famosos y repetidos problemas técnicos, me pregunto: ¿qué marrón?
besazos

Anònim ha dit...

Paralelismos de la vida cotidiana. Que fuerte!!!. En mi curro pasa exactamente lo mismo. Hay que hacer un proyecto sobre el impacto de las nuevas tecnologías en el mundo de frikilandia. La dire, está de vacaciones y por fuerza mayor ha delegado el trabajito en los trabajadores sociales y psicólogos, todos ellos saturados de calor y servicios mínimos de agosto, comparten amablemente su trabajo con nosotros (trabajadores de categoría bastante inferior) y nos piden que hagamos sugerencias, aportaciones...Pasa casi el mes de agosto y las reuniones matutinas de ¿cómo va todo? y café con pastas para charlar de todo un poco, van cambiando de tono y hoy ya hablamos de repartirnos el proyecto por partes y que cada uno haga la suya...y me las veo venir, que al final, me tocará hacer lo que no me toca, menos jodida porque eso sí, nosotros trabajamos en equipo y la cosa funciona (cuando no se trata de pasar la patata caliente, claro).

Ettore Hag ha dit...

Bueno, queridos y queridas, perdón por la espera...
Ya véis que se van publicando los siguientes capítulos de esta apasionante historieta por entregas...
Pues no, amiga Roxana, no se trata de nuestra querida Carolina. De ahí no se nada desde principios de mes.
Y Ánónimo, bienvenido a estas páginas!! Creo que puestos a deglutir marrones lo mejor es comérselos uno mismo. Si hay que repartirlos, encima de marrón pelea.