dilluns, 7 de maig del 2007

¿Dónde está Johnny Charlie The First?


Van a permitirme ustedes un chascarrillo, una pequeña veleidad, un inocente cotilleo de esos de programa malo de mediodía.

Como posiblemente saben, Johnny Charlie The First, Rey de todas las Tongas, acaba de ser abuelo por trigésimo novena vez. Este "hecho biológico", esta "incidencia demográfica" como dice mi buen amigo Anton Bayonenko, no tendría más importancia si no fuera porque el papá de la criatura es, nada menos que Felipe el Hermoso, alias "El Principito", el heredero del trono.

Con Felipín y sus niñas se asegura la continuidad de la línea dinástica de los Mormones, que llevan en el trono má o menos desde principios del siglo XVIII, cuando un ilustre antepasado de JC the First, casualmente llamado Felipe, redujo a cenizas a las últimas poblaciones rebeldes de la costa de Tonga con sus pobladores dentro. Los Mormones se han sentado desde entonces en el trono tongolés con excepción de algunos demasiado breves periodos en que brilló el sol de la República y otros más largos de oprobiosas dictaduras.

Pues como decía, nació la infantita y JC no aparecía por la clínica (que, como podrán ustedes suponer, no era un centro público). Y todo el país se preguntaba, se ve que hondamente preocupado: ¿Dónde está el Rey de todos los Tongoleses? Y claro: los programas de corazón, venga a hacer conjeturas imposibles y los tertulianos de siempre, amenazando con el apocalipsis y echando la culpa al gobierno porque si el Rey sale del país debe informar a las autoridades, ¡faltaría plus!

Total, que JC tardó varios días en aparecer y nadie sabía dónde estaba... pero yo sí!!! Resulta que esta gente, al parecer, cultivan gustos caros, cómo no, paga el erario público y ya se sabe, yates privados por aquí, caballos por allá... (A saber lo que nos cuesta a los curritos tongoleses la alfalfa de los caballos, y eso no es mas que el chocolate del loro...) Total, que aprovechando que por Tonga hay ahora unas regatillas, la crème de la crème del pijerío mundial, JC se fue a verlas cómodamente instalado en su modesto yate, el Bribón.

¿Que cómo lo sé? Pues porque el día de autos acudí a mi trabajo del puerto y pasé por el puesto de inspección donde los pikoletos te miran hasta la muela picada. Y justo delante de mi utilitario, "NO" se identificó la furgoneta que lleva la logística del barco, con el logo del Bribón bien visible en un costado. Y si estaba allí la furgoneta, digo yo que el bribón también... o por lo menos el barco.

divendres, 4 de maig del 2007

Quién se ha llevado mi cara??


Se lo comentaba esta mañana a mi amiga Aire, mientras ella, con renovado afán primaveral, se recreaba midiendo la profundidad de mis michelines.
- Aire, a tí te han quitado la identidad y a mí me han dejado sin cara...
- No somos nadie, me decía distraída, al tiempo que su mano comprobaba los estragos de la última temporada invernal.
Todo esto viene a lo que viene. Este amable servidor que tan gentilmente nos cede unos octetos de ciberespacio ha decidido implementar mejoras técnicas. Puede o no gustarnos el progreso, pero todos estamos abocados a él... así que me decidí a actualizar la servilleta en la que escribo.
Resultado: desapareció mi perfil y mi imagen. El perfil no me costó recuperarlo: uno es lo que es y no hay más que lo que ves. La cara ya no.
Vamos a ver: sé que empleo una foto de baja calidad, que es antigua (ahora soy más viejo) y que para más inri, es una foto en blanco y negro digitalizada. Pero a mí me gusta así, porque me permite observar sin mostrarme demasiado, o apenas, entre las sombras.
Hoy la he recuperado, gracias a Ferfo, aunque él no lo sabe. Entre los cajones y el polvo de sus miles de posts estaba allí, tímida y discreta.

dimarts, 3 d’abril del 2007

Serie: vidas de santos. Nº 2: Rafeta, poeta.

Rafael Ferrer no es, ciertamente, un santo al uso. Bajo su apariencia de buen chico se esconde una mente enferma, un criminal dotado de una eficacia aterradora. Mírenlo: su angelical cabello rubio, su cálida sonrisa, su gesto distendido. Pero dejemos la superficie y fijémonos en lo profundo de su mirada: verán un destello salvaje de predador selvático, sentirán en su nuca el aliento de la bestia un segundo antes de la dentellada mortal. Un brillo animal que nos retrotrae a bosques fragantes, a madreselvas, a graznidos de aves carroñeras, a amaneceres fríos y páramos brumosos.

De Rafael sorprende su aguda intuición, cierta disposición especial a ver más allá que, sin duda, alguna vez debe haberle salvado el pellejo en un duelo a muerte. Clarividencia que denota su origen sobrehumano, porque probablemente Rafael fue un demonio en alguna vida anterior. Si se sigue portando tan mal es probable que la próxima vez sea un wolf y se vea obligado a cazar para sobrevivir en alguna estepa remota. ¡No menciones a Hesse en mi presencia! - diría él. En realidad todo esto no son más que conjeturas y Rafael las rechazará tajantemente: nadie como él siente tanta aversión por los sistemas filosóficos orientales, esos que nos hacen vivir innumerables vidas encadenadas: justo castigo por ser tan tozudos, por negarnos a aprender.

Rafael es soltero. Es probable que muchas señoritas (y algunos caballeros) se sientan atraídas por su sex appeal animal. Quisiera, no obstante, advertirles: no intenten nada o caerán bajo la rueda. (Cielos, Hesse otra vez). La vida amorosa de Rafael es una sucesión de episodios lamentables. Tanto es así que el célebre novelista checo Milan Kundera se inspiró en ellos cuando escribió su "Historia de los amores ridículos". Madres conscientes, cuidado con vuestras hijas: un lobo anda suelto.

Oculto tras su inocente disfraz de brillante médico, Rafael espera y vigila: su próximo golpe está cerca.

El túnel


El túnel es largo, corto, inabarcable, gélido, recto, sinuoso, oscuro, bien iuminado, húmedo, lóbrego, terrible; amplio, angosto, ignoto, breve, denso, interminable, frío, sofocante. El túnel es todo esto y mucho más, de lo cual se deduce que no hay dos túneles iguales. El túnel, como metáfora, tiene una potencia evocadora prácticamente inextinguible. Muchos autores se han apoyado en él para distintos fines; entre ellos está uno de mis favoritos, Ernesto Sábato, maestro irrepetible de una visión pesimista de la vida. Pero no, no quiero hablar de literatura, sino de símbolos.

El túnel es mucho más que un recurso poético. El túnel representa la conceptualización del antes y el después. Transmite la idea del cambio y de paso también, la de la incertidumbre del después. He dicho que no hay dos túneles iguales, pero todos comparten, al menos dos cosas: tienen entrada y salida. Aunque cuando entramos muchas veces no la vemos, la salida existe. Si nos adentramos en el túnel un día luminoso, de tibia primavera, ¿quién nos garantiza que a la salida no es una gélida borrasca lo que nos está esperando? El tunel, como pocas construcciones humanas, representa al cambio y al miedo al cambio.

Ettore Hag, desde el túnel.

Curioso blog.

Por si a alguien le llama la atención, esta es la versión francesa de "mujeres al borde de un ataque de nervios".

http://leroseetlenoir.blogspot.com/

CODA

DIMARTS 3 D'ABRIL, 19:00 HORES: MANIFESTACIÓ DESDE LA ESTACIÓ DE JESÚS A LA PLAÇA DE LA MARE DE DÉU.

dilluns, 2 d’abril del 2007

Solidaridad con los afectados del metro

Imagínense que un día aciago, un convoy de metro tiene un accidente. Imagínense que 43 personas mueren y otras tantas quedan gravemente heridas. Imagínense que, de toda la red de metro de la ciudad, el accidente afecta a una línea que conecta el centro urbano con ciudades dormitorio en las que vive la clase trabajadora. Imagínense, ¡qué casualidad! que en esta línea de metro, la más antigua, se ha cebado la falta de mantenimiento y la desinversión en equipamiento social, que es el rasgo más notable del gobierno regional. Imagínense que los sufridos usuarios de la línea se han quejado en infinidad de ocasiones de retrasos, fallos de seguridad, masificación, descarrilamientos. Imagínense que nadie les ha hecho caso. Imagínense a 43 familias destrozadas.

Imagínense que nadie asume ningún tipo de responsabilidad política por la tragedia, que nadie dimite. Imagínense que el presidente no recibe a los representantes de los afectados. Imagínense que nadie se siente aludido una vez que ha quedado probado de manera fehaciente que con una inversión de 3.000 euros en balizas se habría evitado el accidente. Imagínense que este gobierno local ha construido obras faraónicas con un sobrecoste astronómico y no pocas comisiones. Imagínense que nadie sabe todavía lo que ha costado la visita del Papa. Imagínense que paralizar la ciudad entera y crear un caos infernal para que un campeón de fórmula 1 se de un par de vueltas cuesta cientos de veces más que lo que costaban las balizas que hubiesen evitado el accidente de metro. Imagínense que las autoridades le encaloman el marrón al conductor del convoy, que está muerto. Se cierra así el ciclo de la tragedia griega. Imagínense a 43 familias destrozadas.

Imagínense que esa panda de babosos, demagogos, corruptos, mentirosos, cínicos, golfos y golfistas, hipócritas, regatistas, gente guapa, chorizos de guante blanco, buitres, centristas de pacotilla, casposos, especuladores, comisionistas, ignorantes, falleros, liberales de boquilla, golpistas, clientelistas, lloricas, fariseos, carroñeros exquisitos y pedigüeños le piden el voto, como cada 4 años, para luego olvidarse de ustedes y sus problemas, de las amas de casa, de las madres trabajadoras, de los vagones de metro abarrotados, de los servicios tercermundistas, de la falta de guarderías, de la masificación en las consultas médicas, de las escuelas es barracones, de los enfermos crónicos, de la escalada de precios de la vivienda. Imagínense a 43 familias destrozadas.

Imagínense que los afectados y sus familias deciden no rendirse.
Imagínense que cuando les pisotean siempre les queda un atisbo de dignidad.
Imagínense que las víctimas necesitan solidaridad y que ni Rajoy, ni Acebes ni Zaplana, ni siquiera la AVT va a acudir.

MARTES 3 DE ABRIL, 19:00 HORAS: MANIFESTACIÓN DESDE LA ESTACIÓ DE JESÚS A LA PLAÇA DE LA MARE DE DÉU.

divendres, 30 de març del 2007

Serie: vidas de santos. Nº 1: Vanessa, dinamitera.


Rosario, dinamitera.


Rosario, dinamitera.
Sobre tu mano bonita
celaba la dinamita
sus atributos de fiera.

Era tu mano derecha
capaz de fundir leones,
la flor de las municiones,
el anhelo de la mecha.






Valgan estos versos inmortales de Miguel Hernández para honrar la memoria de Santa Vanessa Huguet, que pronto nos dejará otra vez, convencida como está de que el horizonte queda lejos y es preciso esforzarse para alcanzarlo.
Vanessa es enfermera, dinamitera, mujer, impulsiva, sindicalista, fallera, quisqullosa, rebelde y muchas más cosas. También es mi amiga, pero esto es sólo una anécdota.
Congelada en la estampita piadosa, su franca sonrisa brilla con luz propia. El humo de los incendios detrás, la mecha en la mano. Su tosco pañuelo al cuello. Feliz y despeinada.
Así queremos recordarte, Vanessa. Decidida, valiente. Siempre dispuesta a ayudar al compañero en apuros. Siempre capaz de llegar más allá. Implacable con la injusticia.
Vanessa es guerrera, honrada, irritante, currante y tiene mucho genio.
Creo haber dicho que es mi amiga.

Salud, Vanessa.

dijous, 29 de març del 2007

Serie: misterios tediosos. Nº 1: el atasco.


Ocurre que llueve poco en Tonga. Claro, es una isla tan alejada de todo que ni los vientos húmedos llegan. Así que del correo mejor ni hablamos.
Llueve poco en Tonga, pero cada vez que llueve, el temporal suele durar días. En ocasiones, la violencia de las aguas es tal que se producen riadas y desastres.
Hasta aquí, nada anormal. Llega la lluvia, descarga, arrasa y hasta el lustro que viene. Pero hay efectos de la lluvia que la mente humana no llega a poder explicar. Menos aún la tongolesa. Efectos que, sin miedo a exagerar, podríamos calificar de paranormales. Como soy de natural escéptico prefiero hablar de misterios. Misterios tediosos. Ahí va el número 1 de esta nueva serie.

¿Porqué cuando llueve, así sea unas gotitas, las carreteras de Tonga se muestran incapaces de absorber un flujo normal de coches? Veamos. No es cierto que haya más automóviles circulando. Hay los mismos. Por lo menos, los habituales dado el lugar y la hora. ¿Qué tienen unos pocos litros de agua sucia para lograr que los curritos tongoleses lleguemos tarde al trabajo?
Se han barajado muchas hipótesis pero ninguna ha logrado comprobarse fehacientemente. Hay quien dice que el asfalto de Tonga es esponjoso y la lluvia incrementa su viscosidad, de manera que los coches se quedan prácticamente pegados a su superficie. Otos piensan que, como buena conductora que es, el agua capta todo el fluido eléctrico de los semáforos y estos se apagan. Entonces aparecen los guardias urbanos y ahí sí que la hemos cagado, maestro. Incluso he oído decir que los japosesitos que viven en los tubos huecos de los quitamiedos se ponen tan contentos con el agua que salen a pescar, y con las cañas ponen la zancadilla a las ruedas.
Hipótesis, conjeturas, suposiciones. Nada que explique la realidad convincentemente. Así que, convendrán conmigo que esto es un misterio. Un misterio tedioso. El primero de la serie.
Hasta mañana, sufridores.