dimarts, 5 de setembre del 2006

Te ha tocado (V)

(Viene de...)

Pido al capitán la documentación del barco, los certificados sanitarios, las desratizaciones, la hoja de ruta con las distintas escalas y su duración. El capitán, solícito, encarga a Oleg G., su primer oficial, fotocopia de todas las cosas y me las va entregando una por una, no si antes ponerles de manera ruidosa el sello de la empresa. Aparentemente, todo en orden.

El buque ha realizado más de diez escalas en África en el último mes, pero por supuesto nadie ha bajado. Lo dicho: ni banquetes, ni borracheras, ni putas.
- África -dice el capitán- nos da mucho miedo. Los puertos están oscuros de noche. Mucha delincuencia. Nunca bajamos. Sólo desembarcamos en Europa.
- Ya. Y me imagino que tampoco han tenido ningún caso de enfermedad infecciosa con fiebre o erupciones cutáneas durante la travesía, ¿verdad? ("A tí te lo voy a decir", debe pensar el amigo).
- No, claro que no. Ni una simple gripe.

La encuesta epidémica se salda con un buen ramillete de rotundos noes. Hasta aquí nada de particular. Pero observo que el capitán ha enviado sucesivos informes del caso y me pregunto -le pregunto- porqué.
- Es que tras el fallecimiento de Sasha K. yo redacté un primer informe que no recogía los testimonios de algunas personas y por eso lo tuve que rectificar.
- Ya. Hasta cuatro veces. (Capullo: no sólo has hecho cuatro informes sobre lo mismo, sino que encima los has enviado uno tras otro).
- Bueno, usted sabe, este buque es muy grande, trabajamos veintisiete personas en él y no todos nos vemos a diario... Algunos vinieron a contarme cosas cuando ya había informado a la naviera.

Hay otro detalle curioso. Al parecer, los síntomas que condujeron a la muerte a Sasha K. se iniciaron estando todavía atracados en Bicholandia. Según la versión 3 del informe cuádruple, los compañeros le preguntaron si requería ayuda médica y él les dijo que no hacía falta. Los síntomas eran de tipo digestivo y no cedieron con la medicación habitual. Tenía estreñimiento, porque alguno de sus inspirados compañeros le puso un enema. Mmmm... Pudo sufrir cualquier causa de abdomen agudo y el enema lo acabó de "arreglar". ¿Qué ocurriría si, en un buque de carga con un plan de escalas y tareas montañoso y unos tiempos draconianos se declarase un caso de abdomen agudo en alta mar? ¿Regresarían a puerto para poder hospitalizar al marino enfermo? ¿O seguirían adelante, confiando en los hados favorables?
- Capitán, en su informe dice que fotografiaron el cadáver de Sasha K. tal y como lo encontraron, sentado en su camarote. ¿Podría ver las fotos?
- Claro. Las guardé en mi ordenador.
El capitán, muy diligente, enciende su portátil en el que ha guardado las imágenes digitales del tripulante fallecido. Cuando se inicia, en el escritorio aparecen las fotos de unas rollizas chicas rubias en traje de Eva. Aparentemente contrariado, el capitán trata de tapar la pantalla con su cuerpo, disimuladamente, mientras su primer oficial se parte de risa.
En las fotografías, el cadáver de Sasha K. se muestra sentado en una butaca, como dice el informe que lo hallaron, en un equilibrio imposible. No hay que ser un lince para darse cuenta de que la escena ha sido cuidadosamente preparada "post mortem". "Este cadáver estaba en posición de decúbito, vulgo acostado. Sí que os debe de haber costado que aparezca sentado, cabrones".
Por último, pido que me enseñen el cuerpo de Sasha K.

(Seguirá, palabra).

4 comentaris:

AIRE ha dit...

Te dedico un comentario en mi página.
kisses for you

ferfo ha dit...

Qué bien te lo estás pasando!, puerto, aventuras e historias para vivir y contar. Yaaa, trabajo, pero en las islas, con brisita fresca y birrita pa después. Tras el frenopático y sus actores de lujo, esto debe ser la Escala de MIlán, con butaca de lujo.

Anònim ha dit...

Venga va!!! para que no pienses que tus lectores no tenemos interés, me estoy cansando de esperar el siguiente capítulo...

Ettore Hag ha dit...

Lo siento de verdad, queridos lectores y lectrices (por cierto, fantástica y sensual película de no recuerdo quién).
Lo siento, digo, porque ando estos días con la cabeza sirviendo al rey, que dice mi madre. En mi caso sería más bien con la cabeza sirviéndo a la república. De Tonga, claro.
Pues eso, prometo acabar pronto.
Ettore.