dimecres, 30 de gener del 2008

Che, 40 años no es nada (2)

Allí, en un extremo de la pista, casi equidistante entre el estadio y el almacén, frente al pequeño barracón de tejado metálico...



Sólo 4 años después, aprovechando que se celebraba el 30 aniversario de la muerte del Che y al calor de las buenas relaciones diplomáticas que mantenían entonces Bolivia y Cuba, un grupo de historiadores y antropólogos forenses cubanos, apoyados por colegas bolivianos y argentinos, excavaron la fosa. Extrajeron los restos de siete guerrilleros y practicaron las identificaciones. No fueron necesarios análisis basados en técnicas de ADN. Uno de los esqueletos, el número 2, tenía las manos amputadas y la dentadura no dejaba lugar a dudas: era el del Che. También se logró establecer la identidad de los cubanos Alberto Fernández Montes de Oca, René Martínez Tamayo y Orlando Pantoja Tamayo; los bolivianos Aniceto Reinaga y Simón Cuba, y el peruano Juan Pablo Chang. Lo que sigue es conocido. Los restos fueron llevados a Cuba, en julio, con la oposición de buena parte de la opinión pública boliviana. Al fin y al cabo, Bolivia era el país donde el Che quiso iniciar su proyecto revolucionario continental y el país donde cayó (eso no se elige). En el lugar de la fosa quedó esto (la foto es de 1998, sacada de internet):



En el aeropuerto militar de San Antonio de los Baños, los restos fueron recibidos por Fidel Castro y Aleida Guevara March, hija del Che. Meses más tarde en octubre de 1997, fueron finalmente depositados en el mausoleo de Santa Clara en una ceremonia laica que presidió Fidel Castro frente a una impresionante multitud.



Tras el notable éxito cosechado por la ciencia forense cubana y argentina, no tardaron mucho en aparecer las teorías conspirativas auspiciadas por la gusanera de siempre. A ellas prestó su apreciada pluma (me refiero a la de escribir) el inefable Vargas Llosa... pero bueno, quizá esto sea otra historia.

1 comentari:

Chalá perdía ha dit...

Pues 40 años es demasiado...depende para qué. Es suficiente tiempo para hacer sombras de la luces y que las luces se conviertan en sombras...

En la sombra es difícil saber la verdad,yo la veo muy oscura...pero eso es porque soy una pardilla que no se cree nada de aquello ni de esto.