 Rafael Ferrer no es, ciertamente, un santo al uso. Bajo su apariencia de buen chico se esconde una mente enferma, un criminal dotado de una eficacia aterradora. Mírenlo: su angelical cabello rubio, su cálida sonrisa, su gesto distendido. Pero dejemos la superficie y fijémonos en lo profundo de su mirada: verán un destello salvaje de predador selvático, sentirán en su nuca el aliento de la bestia un segundo antes de la dentellada mortal. Un brillo animal que nos retrotrae a bosques fragantes, a madreselvas, a graznidos de aves carroñeras, a amaneceres fríos y páramos brumosos.
 Rafael Ferrer no es, ciertamente, un santo al uso. Bajo su apariencia de buen chico se esconde una mente enferma, un criminal dotado de una eficacia aterradora. Mírenlo: su angelical cabello rubio, su cálida sonrisa, su gesto distendido. Pero dejemos la superficie y fijémonos en lo profundo de su mirada: verán un destello salvaje de predador selvático, sentirán en su nuca el aliento de la bestia un segundo antes de la dentellada mortal. Un brillo animal que nos retrotrae a bosques fragantes, a madreselvas, a graznidos de aves carroñeras, a amaneceres fríos y páramos brumosos.De Rafael sorprende su aguda intuición, cierta disposición especial a ver más allá que, sin duda, alguna vez debe haberle salvado el pellejo en un duelo a muerte. Clarividencia que denota su origen sobrehumano, porque probablemente Rafael fue un demonio en alguna vida anterior. Si se sigue portando tan mal es probable que la próxima vez sea un wolf y se vea obligado a cazar para sobrevivir en alguna estepa remota. ¡No menciones a Hesse en mi presencia! - diría él. En realidad todo esto no son más que conjeturas y Rafael las rechazará tajantemente: nadie como él siente tanta aversión por los sistemas filosóficos orientales, esos que nos hacen vivir innumerables vidas encadenadas: justo castigo por ser tan tozudos, por negarnos a aprender.
Rafael es soltero. Es probable que muchas señoritas (y algunos caballeros) se sientan atraídas por su sex appeal animal. Quisiera, no obstante, advertirles: no intenten nada o caerán bajo la rueda. (Cielos, Hesse otra vez). La vida amorosa de Rafael es una sucesión de episodios lamentables. Tanto es así que el célebre novelista checo Milan Kundera se inspiró en ellos cuando escribió su "Historia de los amores ridículos". Madres conscientes, cuidado con vuestras hijas: un lobo anda suelto.
Oculto tras su inocente disfraz de brillante médico, Rafael espera y vigila: su próximo golpe está cerca.
 

